El pulpo es un alimento muy utilizado en la gastronomía española, va con arroz tanto como en tapas y tantas otras cosas, pero seguramente habrás probado cocinarlo y te habrás dado cuenta de que cocinarlo no es tan fácil como parece.
El cómo cocinar un pulpo de manera perfecta es un tema más sencillo de lo que parece; que no esté duro pero que tampoco por cocinarlo demasiado quede blanco en exceso. Pues aquí vamos a darte algunos trucos para puedas prepararlo en su cocción óptima y quedes bien con tus comensales amigos.
En primer lugar, si no se trata de un pulpo congelado, vas a tener que limpiarlo. Una vez limpio, debes ponerlo en la nevera otra vez y congelarlo para que se rompan sus fibras. Para descongelarlo lo mejor es ponerlo en la nevera durante la noche para que se haga de manera lenta sin perder la cadena de frío.
Luego, en una olla de acero inoxidable se pone a hervir agua. Tienes que fijarte que la olla sea lo suficientemente grande como para sumergir al pulpo entero. Una vez que el agua está en ebullición, se ponen las patas del pulpo en remojo por 5 segundos, se las saca y se vuelve a repetir este paso dos veces más. ¿Con qué objetivo? Para que las mismas queden tiesas, se encojan y no se agrieten luego. Este es uno de los secretos principales de la cocción del pulpo.
Después de haber remojado las patas 3 veces lo tienes que sumergir completamente y cocinar de acuerdo a cuánto pese. Más o menos entre 35 minutos y 45. Para un pulpo de un kilo sería la primera opción, pero no es que debes multiplicarlo por peso; el máximo serían 45-50 minutos. De todas formas, para asegurarte que es textura que prefieres lo mejor es ir pinchándole la zona del cuerpo (que es la que más tarda) con un tenedor o varilla.
¿Has visto? Tiene sus trucos, pero no es difícil y se puede hacer en cualquier hogar. Un gran manjar que tú sabrás cómo condimentar o con qué acompañarlo.