Tener una dieta saludable es imprescindible para un cuerpo sano. Esa es una máxima que hemos escuchado durante años y que debemos aplicar toda nuestra vida, no sólo para extender nuestros años, sino también la calidad de nuestra salud.
Por ello, es tan relevante que vigilemos lo que consumimos y que estos alimentos no contengan conservantes que tanto daño pueden producir en el organismo.
Existe una tendencia mundial hacia lo natural, a respetar el medio ambiente y los productos que nos ofrece.
En este post hablaremos específicamente de los productos que nos regala el mar: pescados y mariscos.
Valor nutricional
Antes de adentrarnos en el tema de los beneficios de estos extraordinarios alimentos marinos, indaguemos a fondo en los valores nutricionales que poseen estos deliciosos y naturales productos.
El marisco, es una fuente inagotable de proteínas, minerales y vitaminas, al igual que el pescado y todas sus variantes.
La lista de minerales de los mariscos es larga: zinc, potasio, hierro, calcio, fósforo y yodo. Ahora el zinc, además de protector hepático, incide en la formación de los huesos, es cicatrizante, antioxidante, sintetiza el colágeno y las proteínas.
El potasio, por su parte, nos da energía, regula la actividad de músculos y nervios.
El hierro es imprescindible para la producción de glóbulos rojos y la hemoglobina.
El calcio es un mineral fundamental para el establecimiento y fortalecimiento de los huesos y dientes.
Y esto no es todo, los mariscos y pescados contienen vitamina A, B y D. La primera es esencial para los huesos, así como para la reparación celular, sin contar con su contribución en la prevención de enfermedades.
En cuanto a la vitamina B, mejora el colesterol en sangre, ayuda al sistema inmune por mencionar algunas propiedades. Finalmente, la vitamina D ayuda la absorción del calcio y el fósforo.
División de los mariscos
Los mariscos son aquellos alimentos marinos que no poseen esqueleto, son de cuerpo blando recubierto por una concha o caparazón.
Debes saber que los mariscos están divididos en:
- Crustáceos: dentro de los cuales están los cangrejos, langosta, langostino y las gambas. Algunos de ellos, poseen caparazón y/o pinzas.
- Moluscos: son los que comprenden las ostras, vieiras, almejas y mejillones. Están envueltos en una concha calcificada.
- Cefalópodos: es la categoría donde encontramos a los calamares, las sepias y pulpos. Aunque no tienen concha son considerados mariscos, algunos con tentáculos.
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Definición de acuerdo a su grasa
Además de conocer la clasificación de los mariscos y pescados, es fundamental saber su definición de acuerdo a su contenido graso. Esto será de gran ayuda para estar informados de lo que llevamos a la mesa.
- Blancos: los animales marinos definidos como blancos, son aquellos con porcentaje de grasa de 2%. En esta división están: el lenguado, lubina, merluza, pescadilla, raya, bacalao y cabilla.
- Semigrasos: estos peces son aquellos con grasa entre el 2% y 5% como el rodaballo, trucha, besugo, dorada, cabracho, etc. Estos pescados son maravillosos por sus nutrientes y su fácil digestión, igual que los primeros.
- Azules: su grasa puede llegar al 15%, usualmente situada bajo la piel. Aquí podemos mencionar al atún, el bonito, boquerón, mero, salmón, sardina y arenque.
Beneficios para la salud
El pescado, en cualquiera de sus formas, es – como ya indicamos – una rica fuente de vitaminas y minerales, sumado a ser una proteína excelente cuya carne blanca es mucho más sana que la roja por no poseer grasas polisaturadas, ni fibras.
Es de fácil digestión por lo que los especialistas siempre aconsejan incluir en la dieta este tipo de proteínas para una sana alimentación.
Estos ricos alimentos contienen Omega 3 y 6. Estos aceites han sido reconocidos a través de diversos estudios científicos como ingredientes que coadyuvan a la salud del corazón y las arterias, disminuyendo posibles infartos, así como para mantener la estabilidad de la presión arterial, además de su acción favorable para bajar el colesterol.
Tanto es así el beneficio del consumo de pescados y mariscos, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la FAO, recomiendan tomar alimentos que contengan Omega 3 y 6, frecuentemente para el mantenimiento y mejora de la salud cardiovascular.
Los ácidos grasos del Omega son prescritos para aquellas personas con deficiencias cardíacas pues mejora la circulación de la sangre, previene la trombosis, el incremento de los triglicéridos y logra la mejora del ritmo cardíaco.
Algunas recomendaciones
A pesar de sus grandes beneficios, es importante conocer cuándo comprar el marisco, cómo saber si
está fresco e incluso la época recomendada para consumirlos.
– Lo primero que te recomendamos es incluir en tu dieta estos productos por lo menos 3 veces a la semana, en porciones no menores de 150 gramos que puedas combinar con verduras y ensaladas.
– ¿Cuándo es la mejor época para adquirirlos? De acuerdo a la temporada es aconsejable comprarlos entre los meses de noviembre a marzo pues esta época de frío le obsequia a la carne mayor sabor y mejor peso.
– Si deseas preparar cefalópodos ( calamares, sepias o pulpos) tienes que conocer cómo se debe ver el producto para que no compres algo de mala calidad. Estos alimentos deben presentar una piel lisa, color nacarado y no tener ninguna mancha visible.
– Presta atención al olor. No temas acercar tu nariz a la hora de comprar algún pescado o marisco. Su olor debe ser agradable, a mar, a salado. No adquieras nada que tenga algún aroma desagradable.
– Si decides comprarlos vivos, fíjate en sus ojos, que deben tener cierto brillo y de color negro.
– Una vez que los tengas en tu hogar, límpialos ( escamas, esqueleto y espinas) y mételos en el refrigerador. Si son pescados pequeños sólo tienen un tiempo útil de 3 a 6 días fuera del congelador, pero congelados duran semanas.
– Para que tus alimentos se mantengan, mételos a congelar en envases tapados. Esto evitará que desarrollen bacterias o absorban el olor de otros productos que tengas en la nevera, o que inunden de su olor a tus otros víveres.